Suena el despertador. Hoy me levanto con una energía especial. Estoy un poco nerviosa, creo que por la emoción. ¡Vamos a acondicionar el Hogar de Acogida de unas niñas!
La empresa nos ha citado a las 09:00 h en la Plaza de la Marina, donde 3 autobuses nos recogerán. Somos 130 compañeros y tenemos 4 horas antes de que vuelvan las niñas. Es una sorpresa para ellas.
Así nos fue en el Reacondicionamiento del hogar de Acogida en Málaga
Llegamos al Hogar. Vaya despliegue de personal y materiales. Nos reciben con una sonrisa contagiosa. Nos explican lo que vamos a hacer. ¡Esto promete!
Por equipos, nos dirigimos a las habitaciones que vamos a cambiar. ¡Está claro que nuestra ayuda es necesaria!
Menos mal que nos explican y enseñan cómo tenemos que hacer las cosas. Hace mucho que no cogía un rulo de pintura y algunos de mis compañeros no lo habían hecho nunca. ¡Ahora parecemos profesionales!
Pintura, montaje de muebles. Arreglos de desperfectos, mobiliario para mejorar el estudio… Hacía tiempo que no trabajábamos con tanta pasión y compromiso.
Pero lo mejor estaba por venir, cuando las niñas llegaron y vieron su “nuevo” hogar. Sus lágrimas y las nuestras brotaban en nuestras caras sonrientes y lo inundaban todo.
¡Gracias, gracias, gracias y mil gracias! A mi empresa por esta experiencia vital, a los organizadores, vaya control, y, sobre todo, a mis compañeras y compañeros que unidos hemos demostrado que podemos superar cualquier obstáculo ¡Somos un EQUIPAZO!