Pasar tiempo con el equipo o tener reuniones de actualización son algunas de las técnicas para afrontar la vuelta de las vacaciones
Aunque el término Soft Landing se aplica originalmente al mundo de las finanzas, en los últimos tiempos ha irrumpido en el vocabulario laboral. Tras decir adiós al verano (o al menos a las vacaciones) llega el famoso síndrome posvacacional que provoca cansancio, estrés y desmotivación. Sin embargo, existen prácticas que ayudan a ese proceso y facilitan la incorporación al trabajo.
Qué es el Soft Landing y cómo ayuda a enfrentar el síndrome postvacacional
El Soft Landing se define como la transición controlada y progresiva que minimiza los impactos negativos de un cambio importante. En el ámbito laboral, se refiere a facilitar una transición suave para los empleados, ya sea en un cambio de puesto, una jubilación o una incorporación tras las vacaciones.
El objetivo es ayudar a que los trabajadores se sientan apoyados y que el cambio no se traduzca en una caída fuerte de la productividad, la moral o el bienestar del equipo.
Y es que el síndrome posvacacional, aunque no está considerado como una enfermedad por la OMS, genera unos síntomas evidentes. Debilidad, problemas de insomnio o tener menos capacidad de concentración son algunas de las alertas. De hecho, en torno a 6 de cada 10 trabajadores sufren de este síndrome cuando tienen que volver al entorno laboral, según datos de un estudio elaborado por Dosfarma.
El Soft Landing pretende reducir los posibles efectos negativos de esa incorporación al entorno laboral.
Estas son algunas de las técnicas características del Soft Landing
- Incorporación progresiva de responsabilidades
En lugar de asumir todas las tareas y proyectos pendientes de inmediato, lo ideal es planificar la semana de regreso distribuyendo las responsabilidades. Comenzar con tareas más sencillas y luego ir aumentando progresivamente la carga de trabajo a medida que se recupera el ritmo laboral.
- Bloqueo de un periodo de tiempo para la organización
Es aconsejable marcar las primeras horas o el primer día tras las vacaciones para ponerse al día: revisar correos electrónicos, organizar tus prioridades y calendarizar tareas. Este enfoque permite volver a conectar con el trabajo sin sentirse abrumado desde el principio.
- Reuniones de actualización
Una opción asequible es la de programar una reunión breve con el equipo y obtener una actualización sobre los proyectos importantes que avanzaron durante las vacaciones. Esta práctica evita sorpresas inesperadas y ayuda a reintegrar el flujo de trabajo con facilidad.
- Horarios flexibles en los primeros días
Si es posible, es mejor tener horarios flexibles durante los primeros días de regreso. Comenzar con una jornada más corta o entrar una hora más tarde para equilibrar el ritmo relajado de las vacaciones y la rutina laboral.
- Tiempo para reconectar con el equipo
Dedicar parte del primer día a reconectar socialmente con los compañeros es clave. Este tiempo ayuda a suavizar la transición emocional, recupera la comunicación y facilita una mejor integración en el trabajo.
Exploramás: experiencias con propósito para conectar equipo
Esta última -dedicar tiempo a volver a conectar con el equipo– es una de las iniciativas que, en Exploramás, creemos fundamental. Dedicar tiempo, tanto dentro como fuera de la oficina, a hacer equipo es un pilar más en el crecimiento y el éxito de una empresa.
Desarrollamos experiencias con propósito que buscan reforzar y fortalecer lazos entre los trabajadores a través de actividades que aúnan la diversión y el dinamismo con un reto mayor: el de dejar una huella positiva en la sociedad y los entornos naturales.
Esto no solo contribuye a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), sino que genera beneficios para los empleados y empresas tales como la autosatisfacción, mejorar el rendimiento del equipo y reconocer los valores que contribuyen al éxito.
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